domingo, 31 de agosto de 2008

Foro Monumentos Históricos




















FORO DE CONSULTA PARA LA REGULACIÓN
Y PRESERVACIÓN DE LA ZONA HISTÓRICA
DE HERMOSILO.


El 8 de Septiembre de 1828, la Villa del Pitic fue elevada a la categoría de Ciudad, con el
nombre de Hermosillo. En Memoria del insurgente José María González Hermosillo.
Para conmemorar los 180 años, el Instituto Municipal para la Cultura y las Artes, IMCA,
del H. Ayuntamiento de Hermosillo y la Sociedad Sonorense de Historia, organizan el
Foro de Consulta para la Regulación y Protección del Patrimonio Histórico de Hermosillo.

jueves, 14 de agosto de 2008

Arquitectura del Porfiriato

LA CASA GREENE



En grandes rasgos, la arquitectura habitacional de occidente cuenta con dos tradiciones constructivas, la de tierra en las regiones mediterráneas y la de madera en las regiones septentrionales del viejo continente. Los Estados Unidos retomaron la tradición constructiva de la madera venida de Inglaterra, y la casa de Greene, así como la mayoría de las casas-habitación de Cananea a principios del siglo XX, crean un “paisaje” urbano que rompe con las formas “típicas” de la arquitectura regional de Sonora.
Como enclave económico, Cananea crea sus propios espacios urbanos y arquitectónicos que son parte del lenguaje de los empresarios y trabajadores norteamericanos y que, a la larga, influirá en la arquitectura regional.
Esta manera de construir parece venir desde la edad media en las regiones septentrionales de Europa. Pasados los siglos llegó a identificarse como arquitectura Victoriana, en referencia a la reina Victoria de Inglaterra, en la segunda mitad del siglo XIX. Se caracteriza por ser construcciones de muros de madera tableada y generosos pórticos apoyados en columnas de madera torneada. En el caso de la casa Greene, el pórtico que la circunda está apoyado en columnas de sección cilíndrica.
A diferencia de las cubiertas planas de las construcciones mediterráneas, tradición en la cual se ubica nuestra forma de construir, los techos inclinados a “cuatro aguas” (pendientes) cubren las construcciones de la arquitectura Victoriana. Sistema que les permite enfrentar las fuertes lluvias y nevadas en la regiones septentrionales de Europa, y que en Cananea cumplieran igual función.
La arquitectura Victoriana, con sus “extrañas” formas, son parte ya de la historia de la arquitectura regional de Sonora. Influyó en la actividad constructiva y, por fotografías, sabemos que en el Hermosillo de principios del siglo XX se levantaba una construcción con parecidas características en la manzana posterior a la de Catedral. Esta construcción, conocida con el término genérico de “chalet”, desapareció en un incendio en la segunda mitad de la década de 1940.
Jesús Félix Uribe García
Arquitecto
Proyecto y Construcción.
Telcel. 662 1247093

Arquitectura Moderna

MORALES HERMANOS


En el año de 1925 organizaron en París la exposición de Artes Decorativas, lanzando una propuesta estética que afectaría no sólo a la arquitectura. El estilo influyó en el diseño en su totalidad, desde los edificios hasta el mobiliario, ropa, maquillaje, joyas y toda una variedad de utensilios domésticos y de oficina. El Art Déco se propagó con rapidez, sobre todo en la clase media, como un sinónimo de modernidad y contrario a las tendencias historicistas decimonónicas con una profusión de formas ornamentales bastante elaboras. La sencillez de las formas geométricas permitió el uso de materiales industrializados, como el cemento y el concreto armado.
El Art Déco fue bien recibido en México, aportando además las formas geométricas de las culturas mesoamericanas, sobre todo maya y azteca. Uno de los primeros edificios decorados con las formas de este interesante estilo de las vanguardias de principios del siglo XX, fue el Palacio de Bellas Artes. La construcción de este importante edificio se reanudó pasado el movimiento revolucionario de 1910. En 1928, el arquitecto Federico Mariscal incorporó las formas del Déco en la ornamentación del Palacio de Bellas Artes.Las formas propuestas por el Art Déco pronto fueron adoptadas para la construcción de edificios comerciales y oficiales, desarrollando una fuerte actividad constructiva durante las décadas de 1920 y 1930 en la citada ciudad de México. Podemos citar el edificio La Nacional, obra de los arquitectos Manuel Ortiz Monasterio, Bernardo Calderón y Luís Ávila. La construcción de este edificio terminó el 27 de diciembre de 1932. Pero fue el sector oficial el, en mi opinión, propagador del estilo por toda la república mexicana. Sobre la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, SCOP. En Hermosillo tenemos como ejemplo el edificio conocido como la Inalámbrica y el de comunicaciones ubicado en la calle Rosales sur.
Con la inauguración de la planta de cemento en Villa de Seris, a fines de 1930, inicia un nuevo período en la actividad constructiva en Hermosillo, substituyendo los materiales tradicionales, adobe y madera principalmente, por los industriales. En este período construyen los primeros edificios modernos, pero dentro de la corriente conocida como el racionalismo. Como ejemplos, la desaparecida Casa del Pueblo, construida a principios de la década de 1930, la planta baja del Hotel Laval, el edificio Ferreira (Serdán y Garmendia) y otros.La propuesta hecha en la Exposición del Arte Decorativo en París, en 1925, “llega” a nuestra ciudad en la década de 1940. Una importante firma comercial papelera, “Morales Hermanos”, en funciones desde 1936, inicia la construcción de su propio edificio a fines de 1944. Ubicado en la esquina de Serdán y Abasolo, donde actualmente abre sus puertas la farmacia Benavides, era de dos plantas. La planta baja se componía de un amplio salón rodeado por los mostrados y tres almacenes. En el segundo piso el mezanine y siete despachos “propios para profesionistas. La obra fue realizada por el ingeniero Medina Luna, quien construyó un buen número de edificios en las décadas de los treinta y cuarenta, entre ellos el citado edificio Ferreira.
El Art Déco en Hermosillo no muestra la fina ornamentación que encontramos en las grandes ciudades. Pero dentro de su sencillez, encontramos los elementos que lo caracterizan. Como podemos apreciar en la gráfica, la esquina era “ochavada”, aunque sin marcar el acceso, los elementos verticales y “escalonados” nos refieren directamente al estilo Déco, así como la elevación de los mismos. Por otra parte, los ventanales pertenecen al llamado racionalismo, por lo que se trata de una composición ecléctica, ya que combina dos estilos arquitectónicos.Así como en la Ciudad de México, el Art Déco fue prontamente adoptado en nuestra ciudad. Durante los cuarenta se construyeron un buen número de edificios dentro de este estilo, desafortunadamente ya desaparecidos. La misma modernidad, dentro de su dinámica, va eliminando las propuestas al lanzar al “mercado” las “modas” que vendrán a sustituir lo anteriormente propuesto. Uno de los edificios que aun sobreviven es el de la papelería Abascal (Serdán y Pino Suárez), construido un año antes y el primero en ser pintado con pintura de aceite a fines de la década.



INTERNATIONAL HARVESTER




A mediados de la década de 1940, la imagen de la ciudad y de su arquitectura juega entre los recuerdos de los viejos tiempos y las formas propuestas por las vanguardias de la primera mitad del siglo XX. Las viejas casonas porfiristas caen para abrir grandes avenidas a imagen y semejanza de las ciudades modernas o para levantar sobre sus escombros los edificios del funcionalismo. Los espacios de antaño pasan a las crónicas, a los recuerdos, mientras los de nuevo cuño arriban con sus discursos de funcionalidad, eficiencia y capacidad. A mediados de 1946, cuando el río de Sonora corría aun libre y las acequias regaban los huertos a las orillas de la población, la compañía Internacional Harvester, presenta su edificio ubicado en la calle Pino Suárez, hoy Rosales. Una construcción de geometría sencilla, con su fachada principal de vidrio mostrando una relación interior-exterior novedosa para una población acostumbrada a los cerrados muros de adobe de las viejas casonas.
El funcionalismo trae, en esta relación entre lo interior y lo exterior, una nueva forma de transitar la ciudad, la transparencia. Queda atrás el caminar al ras de los viejos y cerrados muros de adobe, con sus grandes ventanales protegidos por postigos de madera y rejas de hierro. Lo moderno, son las grandes superficies de vidrio que desbordan la vista hacia el interior de los comercios, o hacia la calle, entablando un diálogo entre ambos espacios, el interior y el exterior. De noche, las luces encendidas de la moderna arquitectura, hacen transitar el espacio interior en un ambiente iluminado que atrapa a los viandantes. Es la transparencia, el poder vivir los espacios sin, necesariamente, entrar en ellos. Esta es la gran aportación de la arquitectura moderna a un pueblo con viejas casonas de adobe que sólo mostraban su austera, en la mayoría de los casos, fachada. La ciudad moderna construye los espacios arquitectónicos, para participar de un movimiento cotidiano, de un diario andar por las calles.
No se trata de un edificio aislado que viene a resolver las necesidades de los agricultores. Es parte de todo un sistema internacional de comercialización, convirtiendo el espacio arquitectónico en el emblema de la empresa: “Domina el cristal en todo el frente, y esta es otra característica del edificio, porque en su interior también no hay más que concreto, de suerte que de un departamento central puede observarse en cualquier momento todo lo que se mueve en el negocio, desde sus puertas de entrada hasta el último rincón de oficinas y talleres.” Un concepto del espacio que rompe con aquel otro, el que va quedando en los recuerdos, con sus espacios cerrados por gruesos muros de adobe. El sentido de la vista juega ahora con la transparencia, recorre desde la calle y banqueta traspasando la delgada capa de vidrio, para escarbar en todos los recovecos del interior.
Parte del discurso de las formas propuestas por la modernidad, es el análisis racional de los espacios que forman el conjunto así como de las relaciones entre ellos. No es un producto de la tradición, de formas que se retoman de generación en generación. El proyecto del edificio, que es prácticamente el mismo en todas partes donde se construya, no es el resultado del “capricho arbitrario de un arquitecto”. Resulta de un estudio “científico” hecho por verdaderos especialistas en la materia. Es un producto “racional”, en el cual todas sus partes forman un conjunto coherente y manejable por los prestadores del servicio como por sus usuarios.
Este edificio sobrevive, es parte de los recuerdos de la arquitectura propuesta por las vanguardias de la primera mitad del siglo XX. Actualmente, alberga un restaurante de comida china y no tardará en proponerse como un edificio con valor histórico dentro de la ciudad.

jueves, 7 de agosto de 2008

Arquitectura Religiosa

CUCURPE

Conocí Cucurpe a principios de la década de 1980, cuando empezaba a recorrer los rumbos de la historia y de la arquitectura regional. La distancia entre Magdalena y este pueblo se salvaba por un camino de terracería (hoy pavimentado), que lo recuerdo por ir entre suaves lomas y por un paisaje que se abría a un horizonte poblado por extensos bosques de sahuaros. Ahora, recordando aquellos tiempos, trato de imaginar a los ejércitos de la Orden de Jesús, los jesuitas pues, recorriendo las brechas y caminos entre sahuarales y bosques de mezquites.
Los imagino al trote de sus cabalgaduras o al lento andar de sus pasos recorriendo el inmenso territorio de la Alta Pimería, rodeado por una naturaleza que les era extraña. Fueron constructores de templos en un paisaje que se dibujaba en el horizonte con formas vegetales desconocidas para los europeos. La arquitectura occidental teniendo como telón de fondo un paisaje distinto, nos lleva a un juego de la percepción que altera las formas originales. La sobriedad de los primeros templos o los caprichos del barroco, cambiaron la envoltura natural que los rodeaba en Europa, por otra en la que las tonalidades de los materiales y la iluminación les diera un tono distinto.
Sabemos que los primeros templos fueron construidos con adobe y cubierta de zacate y tierra, como los describieron en un documento fechado en 1772. Fueron los materiales para la construcción durante más de siglo y medio en estas "lejanas" tierras de aquel Septentrión de la Nueva España. Los europeos por su parte, usaron durante milenio y medio la piedra, con la que lograron una plástica que reproducirán en nuestra tierra usando la tierra. La piedra y la tierra son materiales que enfrentan la luminosidad de manera distinta, son texturas que afectan la retina provocando distintas sensaciones. Son los juegos de la percepción que revaloran el carácter regional de las formas arquitectónicas "universales".
La tierra, en forma de adobe o enjarres, fue el primer material para la construcción de templos en nuestra región, al que se agregó, a fines del período jesuítico, la cantera. Posteriormente, los franciscanos introdujeron el ladrillo cocido, aumentando las capacidades constructivas. Cada uno de estos materiales es un relato plástico narrando historias venidas de su propia plástica, que le da el carácter regional a las propuestas universales. Los tres materiales su usaron ya de mantera individual, o ya combinándolos para resolver diferentes problemas de la construcción. La actividad constructiva va sumando materiales y técnicas, alterando la propuesta original y reforzando el carácter regional de la arquitectura.
Las ruinas del templo de Cucurpe son una grata conjugación de diversos materiales, el adobe, la cantera y el ladrillo, con sus propias texturas jugando con el sentido de la vista. Los arcos forjados en ladrillo cocido formando el cuadrado para recibir la cúpula, refleja la luz de un sol poniente que enciende el rojo de este material. Las sombras producidas semejan una caprichosa danza que alterna con los planos iluminados y que la magia de la fotografía detiene en un instante. Al alegre rojo del ladrillo, contrastan los suaves tonos ocres de la cantera y el color tierra del adobe.
El templo de Cucurpe se convirtió en ruina, sin siquiera llegar a ser una construcción terminada. Los muros de adobe con recubrimiento de cantera, son el apoyo de unos arcos que se levantan hacia el cielo como mudos testigos de aquellos afanes, de aquellas andanzas de misioneros y constructores por tierras sonorenses.
(Foro Plural. Año 1. No. 9. 15 de Julio del 2003)


LA CAPILLA DE SAN ANTONIO


A principios del siglo XIX, los vecinos de un barrio en las goteras de la Villa del Pitic, rumbo al poniente, aportaron sus limosnas para la construcción de un templo dedicado a San Antonio. Un caserío en el cruce de caminos, del cual conocemos poco su historia en estos lejanos tiempos. Es de presumir que sus pobladores se dedicaban a la agricultura y a otros menesteres del campo.

Una nota publicada el 6 de julio de 1830, nos dice que los vecinos iniciaron la construcción del templo diez y seis años antes, en 1814. Poco menos de cincuenta años atrás expulsaron a los jesuitas y los franciscanos tomaron su lugar en la administración de las misiones. Para fines del período jesuítico y principios del franciscano observamos una mejoría en la construcción de templos.
La ornamentación es ya mucho más elaborada, si la comparamos con la del período anterior. Entre otros templos ponemos como ejemplo el de Batuc, cuya fachada se conserva en un monumento en Hermosillo. Podemos ubicar en esta tradición constructiva regional, el templo de San Antonio.
La planta arquitectónica es in aula, en una sola nave, con el cuerpo de la torre adosado en el lado norte. Cuenta con coro y soto coro, resuelto éste último con bóveda de crucería. El templo quedó inconcluso, y durante bastante tiempo exhibió los arcos que al parecer nunca recibieron la bóveda.
La fachada está resuelta en estilo barroco, enmarcando el acceso con sendos pares de columnas apoyadas en peraltados dados y sosteniendo una moldura en la parte superior. Entre los pares de las columnas un nicho, elemento propio del barroco.
En la fachada encontramos uno de los símbolos del cristianismo con mayor presencia en los templos construidos a fines del siglo XVIII y principios del XX en la región, la Concha. Remata los nichos adosados a la fachada principal y entre los pares de columnas. Los antiguos cristianos utilizaban la concha para derramar el agua bendita sobre las cabezas de quienes eran bautizados, convirtiéndose con el tiempo en el símbolo de la Resurrección.
En la actualidad la capilla de San Antonio, envuelta ya por la mancha urbana, nos recuerda los afanes de aquellos primeros pobladores de un barrio sin nombre en las goteras del viejo Hermosillo. Sus muros de adobe, desgastados por el paso del tiempo y la generosa indiferencia de la modernidad que ve en el adobe un sinónimo de atraso, van desgastándose. Los arcos que nunca recibieron la bóveda, sólo son un recuerdo de las capacidades constructivas de hace casi doscientos años.
A mediados del siglo pasado, cuando los modernos fraccionadores tomaron por asalto el espacio, recuperaron a San Antonio para nombrar la colonia.
(Publicado en: Arquitectura Regional del Noroeste. No. 1. Febrero del 2007)

Jesús Félix Uribe García
Arquitecto
Proyecto y Construcción.
Telcel. 662 1247093

miércoles, 6 de agosto de 2008

Bienvenida

Estoy en el café con mis buenos amigos organizando el blogg sobre arquitectura regional
del noroeste. Espero sus opiniones.