domingo, 11 de abril de 2010

PLAZA HIDALGO.
Jesús Félix Uribe García


A principios del Siglo XIX la población de Hermosillo era un caserío disperso en los alrededores del cerro de la Campana. Un pueblo con malas comunicaciones hacia el exterior y dedicado a la siembra y cría de ganado y con un parco movimiento comercial. De esta época tenemos noticias de uno de los primeros mercados públicos, conocidos con el nombre de parián. Es muy probable que se trate del que generó el espacio abierto en la calle Obregón, entre las de Garmendia y Obregón. La nota, del 22 de noviembre de 1837 y dirigida por el Ayuntamiento a la Prefectura le informa que “se crían diariamente y con abundancia inmundicias de todas clases por los vendedores de cañas, sandías…” Por medio de este mismo oficio consultan sobre la posibilidad de cobrar una mínima pensión a los comerciantes y destinarlo al aseo de la Plazuela del mercado.
En el mismo año, el 4 de diciembre, el Ayuntamiento propone la compra de dos casas y el traslado de una acequia con el fin de ampliar y mejorar la plaza del parián. Las dos casas pertenecían, una al ciudadano Fernando Méndez y la otra al de “igual clase” Joaquín Varela. Aquella pequeña población, con sus casas habitación dispersas por los cuatro rumbos, inicia el reacomodo de plazas, calles y acequias buscando darle un mejor orden.
No encontramos más noticias sobre esta plaza. Pero en una foto panorámica de Hermosillo de 1890, misma que puede apreciar en el fólder de la Plaza Zaragoza, vemos en la esquina inferior derecha un edificio en el lugar de la Plaza Hidalgo. La
construcción ocupa por completo el espacio con puertas en las dos fachadas que pueden apreciarse en la foto. El inmueble tiene, por la cantidad de accesos, un marcado carácter comercial. No tenemos noticias de la fecha en que fue demolido, siendo probable que esto haya sucedido en la década de 1910, al construirse el Mercado Municipal No. 1, “José María Pino Suárez.”
Es muy probable que en esta década de 1910 se hayan levantado las construcciones de estilo porfirista que aun sobreviven, el Banco de Sonora, ocupado ahora por las oficinas del Instituto Sonorense de Cultura; las conocidas como las Casas Camou, la del poniente sede del Colegio de Sonora y la del oriente por Radio Sonora; el edificio que ocupara el Banco de México y en la actualidad la conocida “Barra Hidalgo” y, al sur de la plaza, calle de por medio, la biblioteca del citado Colegio de Sonora. Es probable pues, que estas construcciones sean posteriores a 1900, dadas las características arquitectónicas con ornamentación mucho más elaborada que las anteriores al porfiriato, con sus sencillos enmarques en puertas y ventanas.
Por las construcciones bancarias y habitacionales, presumimos que la Plaza Hidalgo fue en aquellos tiempos de don Porfirio, un centro de reunión de lo más granado de la sociedad. Narran las crónicas que en las cercanías el Banco de Sonora abría sus puertas la cantina “La Central”. Un establecimiento de buena presentación propiedad de don Alberto Monteverde.
A estas construcciones agreguemos el desafortunadamente desaparecido Teatro Noriega, en la esquina de las calles de Obregón y Garmendia. Uno de los centros de recreación y esparcimiento más importantes de aquel Hermosillo y que sobrevivió hasta mediados del siglo XX como el cine Noriega.
El edificio del antiguo Banco de Sonora ha sido durante su historia la sede de agrupaciones y oficinas públicas. Recordemos sólo como ejemplo, aquellos años de la media del siglo pasado, como centro de reunión de los miembros de la Alianza Hispano Americana. En el mes de noviembre de 1945, un grupo de plomeros, electricistas y otros obreros de la construcción, remodelaba el viejo edificio bajo la supervisión de don Matías Cázares y la dirección del ingeniero Aureliano A. Corral.
Derribaron la bóveda del antiguo Banco de Sonora, construida con piedra y cemento, adaptando el espacio a las nuevas funciones de la “Logia Hermosillo No. 14” El proyecto de remodelación incluía “un magnífico salón biblioteca; sala de lectura; salón exclusivo para sesiones; hermoso salón de baile que será lo más moderno y novedoso de la costa del Pacífico; este salón servirá también como lunetario en caso ofrecido, teniendo cupo para 70 asientos, contará con un amplio y moderno foro; el local incluye también una sala de juegos y una barra de 13 metros de longitud equipada con fuente de refrescos y “quick lunch”. El edificio fue reinaugurado, ya como sede de la Logia, el 31 de diciembre del mismo año con un elegante baile al que asistieron las Logias Supremas de Ciudad Juárez y Tucson.
Con la apertura del boulevard Centenario, hoy boulevard Hidalgo, en el año de 1947, trasladaron la estatua de don Miguel Hidalgo y Costilla. En la foto central de este número podemos apreciar el aspecto anterior a la construcción de la Plazuela Hidalgo. En la actualidad es uno de los espacios públicos abiertos de gran ambiente cultural. Ya son tradicionales los tianguis culturales celebrados cada sábado, donde se reúnen productores y rescatistas de la cultura compartiendo con un público que se da cita para disfrutar de las presentaciones de grupos musicales, de teatro, danza y otros. Está usted invitado a asistir.

sábado, 3 de abril de 2010

PLAZA ZARAGOZA
Jesús Félix Uribe García


A principios del Siglo XIX la población de Hermosillo era un caserío disperso en los alrededores del cerro de la Campana. Un pueblo con malas comunicaciones hacia el exterior y dedicado a la siembra y cría de ganado y con un parco movimiento comercial. De esta época tenemos noticias de uno de los primeros mercados públicos, conocidos con el nombre de parián. Es muy probable que se trate del que generó el espacio abierto en la calle Obregón, entre las de Garmendia y Obregón. La nota, del 22 de noviembre de 1837 y dirigida por el Ayuntamiento a la Prefectura le informa que “se crían diariamente y con abundancia inmundicias de todas clases por los vendedores de cañas, sandías…” Por medio de este mismo oficio consultan sobre la posibilidad de cobrar una mínima pensión a los comerciantes y destinarlo al aseo de la Plazuela del mercado.
En el mismo año, el 4 de diciembre, el Ayuntamiento propone la compra de dos casas y el traslado de una acequia con el fin de ampliar y mejorar la plaza del parián. Las dos casas pertenecían, una al ciudadano Fernando Méndez y la otra al de “igual clase” Joaquín Varela. Aquella pequeña población, con sus casas habitación dispersas por los cuatro rumbos, inicia el reacomodo de plazas, calles y acequias buscando darle un mejor orden.
No encontramos más noticias sobre esta plaza. Pero en una foto panorámica de Hermosillo de 1890, misma que puede apreciar en el fólder de la Plaza Zaragoza, vemos en la esquina inferior derecha un edificio en el lugar de la Plaza Hidalgo. La construcción ocupa por completo el espacio con puertas en las dos fachadas que pueden apreciarse en la foto. El inmueble tiene, por la cantidad de accesos, un marcado carácter comercial. No tenemos noticias de la fecha en que fue demolido, siendo probable que esto haya sucedido en la década de 1910, al construirse el Mercado Municipal No. 1, “José María Pino Suárez.”
Es muy probable que en esta década de 1910 se hayan levantado las construcciones de estilo porfirista que aun sobreviven, el Banco de Sonora, ocupado ahora por las oficinas del Instituto Sonorense de Cultura; las conocidas como las Casas Camou, la del poniente sede del Colegio de Sonora y la del oriente por Radio Sonora; el edificio que ocupara el Banco de México y en la actualidad la conocida “Barra Hidalgo” y, al sur de la plaza, calle de por medio, la biblioteca del citado Colegio de Sonora. Es probable pues, que estas construcciones sean posteriores a 1900, dadas las características arquitectónicas con ornamentación mucho más elaborada que las anteriores al porfiriato, con sus sencillos enmarques en puertas y ventanas.
Por las construcciones bancarias y habitacionales, presumimos que la Plaza Hidalgo fue en aquellos tiempos de don Porfirio, un centro de reunión de lo más granado de la sociedad. Narran las crónicas que en las cercanías el Banco de Sonora abría sus puertas la cantina “La Central”. Un establecimiento de buena presentación propiedad de don Alberto Monteverde.
A estas construcciones agreguemos el desafortunadamente desaparecido Teatro Noriega, en la esquina de las calles de Obregón y Garmendia. Uno de los centros de recreación y esparcimiento más importantes de aquel Hermosillo y que sobrevivió hasta mediados del siglo XX como el cine Noriega.
El edificio del antiguo Banco de Sonora ha sido durante su historia la sede de agrupaciones y oficinas públicas. Recordemos sólo como ejemplo, aquellos años de la media del siglo pasado, como centro de reunión de los miembros de la Alianza Hispano Americana. En el mes de noviembre de 1945, un grupo de plomeros, electricistas y otros obreros de la construcción, remodelaba el viejo edificio bajo la supervisión de don Matías Cázares y la dirección del ingeniero Aureliano A. Corral.
Derribaron la bóveda del antiguo Banco de Sonora, construida con piedra y cemento, adaptando el espacio a las nuevas funciones de la “Logia Hermosillo No. 14” El proyecto de remodelación incluía “un magnífico salón biblioteca; sala de lectura; salón exclusivo para sesiones; hermoso salón de baile que será lo más moderno y novedoso de la costa del Pacífico; este salón servirá también como lunetario en caso ofrecido, teniendo cupo para 70 asientos, contará con un amplio y moderno foro; el local incluye también una sala de juegos y una barra de 13 metros de longitud equipada con fuente de refrescos y “quick lunch”. El edificio fue reinaugurado, ya como sede de la Logia, el 31 de diciembre del mismo año con un elegante baile al que asistieron las Logias Supremas de Ciudad Juárez y Tucson.
Con la apertura del boulevard Centenario, hoy boulevard Hidalgo, en el año de 1947, trasladaron la estatua de don Miguel Hidalgo y Costilla. En la foto central de este número podemos apreciar el aspecto anterior a la construcción de la Plazuela Hidalgo. En la actualidad es uno de los espacios públicos abiertos de gran ambiente cultural. Ya son tradicionales los tianguis culturales celebrados cada sábado, donde se reúnen productores y rescatistas de la cultura compartiendo con un público que se da cita para disfrutar de las presentaciones de grupos musicales, de teatro, danza y otros. Está usted invitado a asistir.